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Videoentrevista al economista y humanista José Luis Sampedro sobre el M-15-M por la democracia real.
Entrevista en el diario El País a José Luis Sampedro sobre el M-15-M: «Poner al dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe»
«La indignación debe ir seguida de compromiso» Entrevista a Stéphane Hessel
Animación en vídeo, Españistán, de la Burbuja Inmobiliaria a la Crisis, por el humorista gráfico Aleix Saló
Selección de lemas más llamativos del M-15-M
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Salud, ánimo y suerte.













































domingo, 22 de mayo de 2011
viernes, 20 de mayo de 2011
Andes. Argentina. Aconcagua. Vía normal. Posible récord argentino de Daniel Azócar
El mérito de bartir una marca en el montañismo resulta tan controvertido que genera debates éticos vastos y complicados. Por esta razón nos limitamos de momento a publicar sin juicios valorativos el siguiente comunicado de Daniel Azócar.
El andinista argentino ascendió solo, sin asistencia, desde Plaza de Mulas (ca. 4260 m) hasta la cumbre del Aconcagua (6.959 m o 6961,83 m) en cuatro horas, 28 minutos y 48 segundos, el 22 de diciembre de 2010.
Posible récord argentino en el Aconcagua
Por Daniel Azócar
Salí el 22 de diciembre a las 9:43 am desde Plaza de Mulas, concretamente desde una carpa de porteadores de Inka, empresa en la trabajé este año. Llegué a la cumbre a las 2:12 pm. Mi cronómetro marcaba 2h 27’. No recuerdo los segundos. Cuando partí de Mulas grabé la hora con una cámara, pero cuando llegué a la cumbre no me acordé de grabar el reloj. Sólo dispongo de los horarios de los vídeos de la cámara para corroborar la hora: el de salida a las 9:45:04 am y el de llegada a la cumbre 02:13:52 pm. Da un total de 4h 28’48’’. Creo que este podría ser el tiempo oficial, es lo único que tengo registrado.
Usé la vestimenta siguiente: zapatillas, medias, calza, remera de manga corta térmica, buzo de windstopper, guantes interiores y campera de plumas. Llevé una mochila con tres litros de agua en un camelbak, cuya manguera se congeló a partir del refugio Berlín; en el video se ve que la llevo metida dentro del buzo. Como alimento llevé un paquete de galletitas, dos barritas de cereales y caramelos.
El día que ascendí fue unos de los mejores de la temporada, como lo indicó el pronóstico. No corrió viento ni había nieve en casi todo el camino, solo desde “La Cueva” hasta la Cumbre. La poca nieve que encontré estaba bien pisada, no tuve que usar crampones.
Ya ascendí tres veces a la cima la temporada pasada. La primera vez ascendí también desde Plaza de Mulas, pero con dos compañeros. Fuimos sin tener en cuenta el tiempo. La segunda fue desde Confluencia, acompañando a Charly Galosi que había partido de Horcones para intentar el récord, y tardé 10h 15’ hasta la cumbre. La tercera fue trabajando para la productora argentina Arista Sur.
No puedo asegurar que mi cuarta ascensión al Aconcagua sea un récord. Por lo que averigüé, conseguí la mejor marca argentina y fue de forma solitaria y sin asistencia desde Plaza de Mulas a la cumbre:
Los italianos Bruno Bronod, Fabio Meraldi y Jean Pellisier ascendieron juntos, tardaron 3h 40’ en subir y 72' en bajar. El récord anterior lo tenían, desde 1992, dos integrantes del Ejército Francés que tardaron 4h 36’. Los tiempos más rápidos en ascensiones solitarias fueron: Alejandro Randis 8h 07’ (Argentina, 1987), “Lito” Sánchez 6h 32’ (Argentina, 1987), Daniel Allessio 6h 07' (Argentina, 1990), D. Porsche 5h 45’(Alemania, 1990), Z. Pauletto 5h 29’ (Brasil, 1996).

El mismo día de mi cuarta ascensión al Aconcagua, una expedición conjunta de la Fuerza Aérea Argentina y la Patrulla de Rescate de la Policía de Mendoza colocó en la cumbre una nueva cruz. Se fabricó en la IV Brigada Aérea de Mendoza con restos de un avión. El interior de la cruz tiene restos de aviones que combatieron en las Islas Malvinas.
Me llamo Daniel Azócar, vivo en Esquel, Chubut, Patagonia Argentina, soy Pistero Socorrista, miembro de la Escuela de Montaña del Club Andino Esquel y esta es mi segunda temporada como Porteador en el Aconcagua.
Comunicaciones personales y agradecimientos
Personal Guardaparque de las quebradas Horcones y Vacas, Tente Lagunilla
El andinista argentino ascendió solo, sin asistencia, desde Plaza de Mulas (ca. 4260 m) hasta la cumbre del Aconcagua (6.959 m o 6961,83 m) en cuatro horas, 28 minutos y 48 segundos, el 22 de diciembre de 2010.
Posible récord argentino en el Aconcagua
Por Daniel Azócar
Salí el 22 de diciembre a las 9:43 am desde Plaza de Mulas, concretamente desde una carpa de porteadores de Inka, empresa en la trabajé este año. Llegué a la cumbre a las 2:12 pm. Mi cronómetro marcaba 2h 27’. No recuerdo los segundos. Cuando partí de Mulas grabé la hora con una cámara, pero cuando llegué a la cumbre no me acordé de grabar el reloj. Sólo dispongo de los horarios de los vídeos de la cámara para corroborar la hora: el de salida a las 9:45:04 am y el de llegada a la cumbre 02:13:52 pm. Da un total de 4h 28’48’’. Creo que este podría ser el tiempo oficial, es lo único que tengo registrado.
Usé la vestimenta siguiente: zapatillas, medias, calza, remera de manga corta térmica, buzo de windstopper, guantes interiores y campera de plumas. Llevé una mochila con tres litros de agua en un camelbak, cuya manguera se congeló a partir del refugio Berlín; en el video se ve que la llevo metida dentro del buzo. Como alimento llevé un paquete de galletitas, dos barritas de cereales y caramelos.
El día que ascendí fue unos de los mejores de la temporada, como lo indicó el pronóstico. No corrió viento ni había nieve en casi todo el camino, solo desde “La Cueva” hasta la Cumbre. La poca nieve que encontré estaba bien pisada, no tuve que usar crampones.
Ya ascendí tres veces a la cima la temporada pasada. La primera vez ascendí también desde Plaza de Mulas, pero con dos compañeros. Fuimos sin tener en cuenta el tiempo. La segunda fue desde Confluencia, acompañando a Charly Galosi que había partido de Horcones para intentar el récord, y tardé 10h 15’ hasta la cumbre. La tercera fue trabajando para la productora argentina Arista Sur.
No puedo asegurar que mi cuarta ascensión al Aconcagua sea un récord. Por lo que averigüé, conseguí la mejor marca argentina y fue de forma solitaria y sin asistencia desde Plaza de Mulas a la cumbre:
Los italianos Bruno Bronod, Fabio Meraldi y Jean Pellisier ascendieron juntos, tardaron 3h 40’ en subir y 72' en bajar. El récord anterior lo tenían, desde 1992, dos integrantes del Ejército Francés que tardaron 4h 36’. Los tiempos más rápidos en ascensiones solitarias fueron: Alejandro Randis 8h 07’ (Argentina, 1987), “Lito” Sánchez 6h 32’ (Argentina, 1987), Daniel Allessio 6h 07' (Argentina, 1990), D. Porsche 5h 45’(Alemania, 1990), Z. Pauletto 5h 29’ (Brasil, 1996).

Daniel Azócar con el expedición conjunta de la Fuerza Aérea Argentina y la Patrulla de Rescate de la Policía de Mendoza que colocó ese día la nueva cruz en la cumbre del Aconcagua
Foto archivo Daniel Azócar
El mismo día de mi cuarta ascensión al Aconcagua, una expedición conjunta de la Fuerza Aérea Argentina y la Patrulla de Rescate de la Policía de Mendoza colocó en la cumbre una nueva cruz. Se fabricó en la IV Brigada Aérea de Mendoza con restos de un avión. El interior de la cruz tiene restos de aviones que combatieron en las Islas Malvinas.
Me llamo Daniel Azócar, vivo en Esquel, Chubut, Patagonia Argentina, soy Pistero Socorrista, miembro de la Escuela de Montaña del Club Andino Esquel y esta es mi segunda temporada como Porteador en el Aconcagua.
Comunicaciones personales y agradecimientos
Personal Guardaparque de las quebradas Horcones y Vacas, Tente Lagunilla
lunes, 9 de mayo de 2011
Crónicas andinistas. Análisis. Nuevos hábitos y tendencias en el andinismo
Las crónicas andinas o andinistas se perciben como despliegues de vanidad y como fuente de datos valiosos. En este segundo caso son bastante apreciadas por las publicaciones que anteponen el rigor informativo a la premura por ofrecer primicias o al entretenimiento de los lectores.
Además de informarnos sobre lo acontecido u observado en actividades concretas, las «aburridas» notas de una crónica pueden revelar nuevos hábitos y tendencias andinistas que antaño resultaban chocantes o inadmisibles.1 Podemos comprobarlo con un vistazo al contenido de «Cordilleras Blanca and Huayhuash 2005» (crónica en castellano), publicado en The Alpine Journal 2006,2 que sugiere al menos diez temas relacionados para debate:
1. Pese a la proliferación de medios que difunden noticias sobre andinismo, aumenta la confusión en el concepto de primera ascensión y en el derecho a denominar.
2. Las fuentes de difusión rápida que carecen de supervisión especializada denotan bastante desconocimiento acerca de la localización, la toponimia, la altitud o la historia de algunas de las montañas andinas que citan.
3. Suele ignorarse las recomendaciones para denominaciones oronímicas de las autoridades geográficas locales.
4. Se otorga nombres no oficiales a picos conocidos, aunque innominados, sin haber alcanzado su cima; y quienes las alcanzan después utilizan la misma denominación extraoficial.
5. Se recurre a las publicaciones más recientes confiando ciegamente en sus contenidos, sin poner en tela de juicio el grado de autoridad o la precisión de sus autores.
6. Cada vez son menos los alpinistas que califican de intento sus escaladas tras descender («abandonar») sin alcanzar una cima.
7. Por el contrario, ahora es frecuente considerar primeras ascensiones o «nuevas rutas», y nombrar como si fueran vías completas, escaladas que antaño se hubieran considerado intentos porque terminaron antes de las cimas.
8. También suele comunicarse que «se ha abierto una nueva ruta» gracias a la reciente estratagema de escalar una parte de terreno inescalado para descender justo al alcanzar una vía anterior. Así se ahorra tiempo, recursos, molestias y la dificultad o el peligro que entraña recorrer una arista o alcanzar una cima.
9. Quienes alcanzan la cima aprovechando un anterior intento ajeno suelen mantener el nombre que sus predecesores dieron a la montaña o cerro y a la vía incompleta.
10. Un caso, casi inverso a éste último, propone renombrar una vía ajena cuando se supera (o se esquiva) con escalada libre sus anteriores pasajes de escalada artificial.
Si deseamos un andinismo con identidad, espíritu crítico y sin trampas ni complacencias, quizá todos estos hábitos y tendencias requieran debates que contribuyan a:
a) determinar sin temor ni prejuicios qué los/las origina,
b) unificar criterios,
c) conseguir una terminología lo más unívoca posible,
d) difundir información rigurosa o datos más precisos,
e) facilitar la investigación sobre los Andes o el andinismo,
f) evitar que los errores acaben integrados en la información correcta.
Notas
(1) Muchos éxitos actuales hubieran sido considerados fracasos hace sólo unas décadas.
(2) Tras redactar la crónica en castellano comparé su contenido con lo publicado al respecto por algunos medios de difusión rápida, tanto impresos como electrónicos. No referí a estos medios para evitar susceptibilidades, pues habían copiado las noticias y añadido errores sin aportar datos significativos a los contenidos de las fuentes previas que consulté.
viernes, 6 de mayo de 2011
Andes. Toponymy or place names. New oronyms. Parte I
Names in the Andes. How to name peaks, passes and glaciers in high South America.
By Evelio Echevarría Loveland (Colorado) USA
All seven Andean nations have rules instituted for giving names to newly discovered places in their territories. Regarding unnamed peaks, passes and glaciers some, or many parties, mostly foreign but also national, have ignored, or have shown little familiarity with, such rules.
Although they were originated by the relevant geographical authorities of seven nations, those rules are uniform in their purposes. They are reviewed here in order to make them more widely known to mountaineers.
I. Travelers should do their best to ascertain that no local names exist. Except for very isolated or unpopulated places like Patagonia, names very often already exist and even two or three names for a same peak are not uncommon,
II. If no local names are forthcoming, invented names must conform to the following options:
a) If at all possible, new names should be awarded in consultaron with the local inhabitants.
b) A natural object could be named after a descriptive characteristic of its own (i.e., Cerro Mesón Alto, or "Lofty Flat-top," Chile).
c) A natural object may be named after an adjacent feature, like a pasture, alp, stream, etc. (i.e., Nevado de Tolima, so named after a regional province and place).
d) Occasionally, a name could be drawn from the local lore or tradition (i.e., Nevado de Chani, after an Inca mythical giant, Argentina).
For names not in the standard Castilian Spanish in common use among the Andean peoples, invented names should be rendered into the local vernacular, taking care to observe the proper spelling (i.e., Nevado Tacuriti, Perú, drawn from the local Quichua, "Silky Snow").
Travelers should abstain from imposing names that, however appropriate they may be, repeat those showing on existing national or local maps and charts. This is a recent restriction designed by the relevant geographical authorities of the Andean countries to avoid repetition of existing names (i.e., the much resorted to, "Cóndor," "Centinela," "Catedral" and the like).
III. Wholly unacceptable names are those commemorating friends, relatives or oneself, benefactors or saints as well as geographical features, places, historic persons, events or institutions of any homeland. Festive, humorous, political and commercial names are certain to be rejected.
Authorities expressly forbid names of persons in existence. However, they are inclined to accept names of personages of the past who had rendered signal services to the national geography and exploration (Le., Cerro Riso Patrón, Chile, so named after Luis Riso Patrón, foremost Andean explorer and surveyor).
In some cases pertaining to Patagonia and Tierra del Fuego, parties have christened features with the name of the boat that took them to their place of destination. But Andean rules make clear that such names would be acceptable only if they belong to boats used for charting or surveying purposes. names of boats used for simple navigation, transportation, tourism or pleasure trips will not qualify.

Generally speaking, names that do not conform to the rules and restrictions described above will tend to be, as the well known climber-author John Ricker once wrote, "unacceptable and worse, tactless and offensive." Furthermore, a mountain baptized with an unacceptable name, may in full right be re-christened by posterior climbers.
It would be of a great help to the geographical authority of the country involved if new names could be connected to a well determined height or location drawn from the official maps and chatis. Such names do need to be submitted to those authorities. The simple entering of new names in mountaineering reports, sketch-maps, journals or books does not guarantee official acceptance.
Sources
1 Alpine Journal. London : The Alpine Club. 1966, pp. 144-145, editor note.
2 American Alpine Journal. New York : American Alpine Club. 1962, p. 156, editor note.
3 Armada de Chile. Departamento de Navegación e Hidrografía. Determinación de nombres geográficos. Santiago de Chile : Armada de Chile. 1967.
4 ECHEVARRÍA, Evelio. A Survey of Andean Ascent. 1961-1970. American Alpine Journal. New York : American Alpine Club. 1973, pp. 342-344, note.
5 -- Bautizo de cumbres. Problemas y soluciones. Revista Andina, nº 92. Santiago de Chile : Club Alemán Andino. 1972, pp. 21-23.
6 -- Bautizo de cumbres. La nueva guerra. En: Chile andinista. Su historia. Santiago de Chile : Autoedición. 1999, pp. 166-167.
7 Instituto Geográfico Militar de Chile. Normalización de nombres geográficos. Montreal, 1987.
By Evelio Echevarría Loveland (Colorado) USA
All seven Andean nations have rules instituted for giving names to newly discovered places in their territories. Regarding unnamed peaks, passes and glaciers some, or many parties, mostly foreign but also national, have ignored, or have shown little familiarity with, such rules.
Although they were originated by the relevant geographical authorities of seven nations, those rules are uniform in their purposes. They are reviewed here in order to make them more widely known to mountaineers.
I. Travelers should do their best to ascertain that no local names exist. Except for very isolated or unpopulated places like Patagonia, names very often already exist and even two or three names for a same peak are not uncommon,
II. If no local names are forthcoming, invented names must conform to the following options:
a) If at all possible, new names should be awarded in consultaron with the local inhabitants.
b) A natural object could be named after a descriptive characteristic of its own (i.e., Cerro Mesón Alto, or "Lofty Flat-top," Chile).
c) A natural object may be named after an adjacent feature, like a pasture, alp, stream, etc. (i.e., Nevado de Tolima, so named after a regional province and place).
d) Occasionally, a name could be drawn from the local lore or tradition (i.e., Nevado de Chani, after an Inca mythical giant, Argentina).
For names not in the standard Castilian Spanish in common use among the Andean peoples, invented names should be rendered into the local vernacular, taking care to observe the proper spelling (i.e., Nevado Tacuriti, Perú, drawn from the local Quichua, "Silky Snow").
Travelers should abstain from imposing names that, however appropriate they may be, repeat those showing on existing national or local maps and charts. This is a recent restriction designed by the relevant geographical authorities of the Andean countries to avoid repetition of existing names (i.e., the much resorted to, "Cóndor," "Centinela," "Catedral" and the like).
III. Wholly unacceptable names are those commemorating friends, relatives or oneself, benefactors or saints as well as geographical features, places, historic persons, events or institutions of any homeland. Festive, humorous, political and commercial names are certain to be rejected.
Authorities expressly forbid names of persons in existence. However, they are inclined to accept names of personages of the past who had rendered signal services to the national geography and exploration (Le., Cerro Riso Patrón, Chile, so named after Luis Riso Patrón, foremost Andean explorer and surveyor).
In some cases pertaining to Patagonia and Tierra del Fuego, parties have christened features with the name of the boat that took them to their place of destination. But Andean rules make clear that such names would be acceptable only if they belong to boats used for charting or surveying purposes. names of boats used for simple navigation, transportation, tourism or pleasure trips will not qualify.

Local names: Cerro Kgolca - La Roca
Invader names: Cerro de Parón - La Esfinge
Photo: Sevi Bohorquez
Generally speaking, names that do not conform to the rules and restrictions described above will tend to be, as the well known climber-author John Ricker once wrote, "unacceptable and worse, tactless and offensive." Furthermore, a mountain baptized with an unacceptable name, may in full right be re-christened by posterior climbers.
It would be of a great help to the geographical authority of the country involved if new names could be connected to a well determined height or location drawn from the official maps and chatis. Such names do need to be submitted to those authorities. The simple entering of new names in mountaineering reports, sketch-maps, journals or books does not guarantee official acceptance.
Sources
1 Alpine Journal. London : The Alpine Club. 1966, pp. 144-145, editor note.
2 American Alpine Journal. New York : American Alpine Club. 1962, p. 156, editor note.
3 Armada de Chile. Departamento de Navegación e Hidrografía. Determinación de nombres geográficos. Santiago de Chile : Armada de Chile. 1967.
4 ECHEVARRÍA, Evelio. A Survey of Andean Ascent. 1961-1970. American Alpine Journal. New York : American Alpine Club. 1973, pp. 342-344, note.
5 -- Bautizo de cumbres. Problemas y soluciones. Revista Andina, nº 92. Santiago de Chile : Club Alemán Andino. 1972, pp. 21-23.
6 -- Bautizo de cumbres. La nueva guerra. En: Chile andinista. Su historia. Santiago de Chile : Autoedición. 1999, pp. 166-167.
7 Instituto Geográfico Militar de Chile. Normalización de nombres geográficos. Montreal, 1987.
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