Excursión a la cumbre del Morrón Chico
Me resulta difícil describir cómo disfrutaron estas seis amigas de la excursión hasta la cumbre del Morrón de Alhama (1444 m), de Sierra Espuña, en la Región de Murcia.
Sí puedo decir sobre ellas, que una vez licenciadas en Medicina y Cirugía, aprobaron luego un difícil examen para elegir especialidad y trabajaron después cuatro años como residentes en un hospital —de otra provincia en algunos casos— para conseguir el título de especialista en Anestesia y Reanimación. Fueron contratadas entonces con interinidad en hospitales, algunos lejanos de sus casas. Después, por exámenes y currículo obtuvieron la plaza de adjuntas a un servicio público de salud regional.
Superan turnos de guardia de 24 horas, una o más veces por semana, incluido sábados y domingos, y vuelven al trabajo al día siguiente de librar esa guardia. Cada día regresan a sus hogares con la satisfacción de haber aliviado el dolor de alguien y con la problemática de pacientes con difícil solución. Muchas como ellas, con su vocación y esfuerzo, sostienen un sistema público de salud amenazado por la privatización.
